Arti llevaba en el albergue nada más y nada menos que casi dos años esperando a que alguien la llevase a una nueva casa. Esta tarde, por fin, ha encontrado la oportunidad que merecía.
Todavía no tenemos palabras para quien la haya adoptado, todo gracias a la familia de Luna que como siempre, andan echando una mano con los casos especiales y siempre pendientes de ayudar en lo posible.
Gracias a todos de corazón de parte de todo los voluntarios y el albergue.
Suerte, Arti. Te lo mereces.
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