Fue escuchado de casualidad por una voluntaria llorar por la mañana desde el fondo de una alcantarilla en la Gran Vía de Alicante.
Tras llamar a los bomberos, intentar cogerlo y no conseguirlo, nos reunimos por la noche al conseguir una jaula trampa.
Afortunadamente y gracias a la ayuda de los bomberos, no hizo falta y pudimos rescatarlo por fin.
Al principio estaba hecho una fiera pero tras sólo un ratito de paciencia acabamos pudiendo bañarlo para quitarle las pulgas, acariciarlo sin problema, cogerlo y jugar con él.
Es un gatito cariñoso y le gusta el contacto con la gente.
Dónde estaba atrapado Una vez en casa
0 comentarios:
Publicar un comentario