¿Qué es?
La procesionaria del pino más común
en España es laThaumatopea pytocampa. Se
trata de una oruga que anida en lo alto de los pinos, siendo una plaga muy
grave para ellos. Todos hemos visto esas típicas bolsas algodonosas de color
blanco en las copas de los pinos, en cuyo interior las orugas pasan el invierno
resistiendo temperaturas muy bajas.
Durante los meses de primavera y verano (a partir de
febrero aprox), las orugas procesionarias comienzan a compartir los parques,
las zonas de recreo y las áreas al aire libre con nuestros perros y entonces
suelen comenzar los problemas entre ellos. Van
casi siempre en procesión (de ahí su nombre) pegadas unas a otras.
Las procesionarias son orugas de color amarillo y pardo que se desplazan en largas filas y forman verdaderos "nidos" con aspecto algodonoso y color blanco en los pinos y abetos. Su color, forma, tamaño poco amenazador y el modo de moverse atraen la atención de muchos perros que no pueden resistir la tentación de morder, lamer o incluso comer alguna de estas orugas.
Las procesionarias son orugas de color amarillo y pardo que se desplazan en largas filas y forman verdaderos "nidos" con aspecto algodonoso y color blanco en los pinos y abetos. Su color, forma, tamaño poco amenazador y el modo de moverse atraen la atención de muchos perros que no pueden resistir la tentación de morder, lamer o incluso comer alguna de estas orugas.
Las procesionarias son extremadamente tóxicas para los perros y ni
siquiera es necesario que las ingieran, sólo el hecho el hecho de lamerlas
desencadena una reacción dramática en la lengua, los labios y las encías del
atrevido can que se acerca a ellas demasiado.
El contagio sobre el perro puede ser directo al llamar su atención la hilera en movimiento y chuparla o tocarla, bien incluso puede ser a través de un nido que se haya caído, ya que en el exterior existen pelos urticantes de las mismas orugas.
El contagio sobre el perro puede ser directo al llamar su atención la hilera en movimiento y chuparla o tocarla, bien incluso puede ser a través de un nido que se haya caído, ya que en el exterior existen pelos urticantes de las mismas orugas.
El tóxico de la procesionaria no actúa sobre la piel
intacta, el pelo urticariforme se clava primero en la piel y dicho pelo actúa como un arpón que contiene un veneno que al clavarse, libera ponzoña produciendo la reacción. El perro suele ser el animal más
afectado, ya que el gato es más cauto.
El mayor peligro existe si el contagio ha sido a nivel de la
laringe, por producirse una reacción inflamatoria que puede llegar a asfixiar
al animal, teniendo que realizar rápidamente una traqueotomía. Puede haber
también choques anafilácticos por contagios sucesivos con temblores musculares
y muerte del animal.
A diferencia del hombre, las lesiones cutáneas son poco frecuentes.
Rápidamente produce en el perro un gran picor, y veremos
que se frota la cara con las patas para intentar aliviarse. La zona del morro
empieza a inflamarse y se pone muy roja, la lengua también se inflama y el
perro babea abundantemente.
El mayor peligro puede darse si esta reacción alérgica
llega a afectar a la laringe pues puede llegar a producir la muerte del animal
por asfixia.
Puede provocar
hinchazones muy grandes, graves urticarias, úlceras y necrosis del tejido
afectado, es decir, muerte de la piel y carne que la procesionaria haya rozado.
¿Qué hacer si
mi perro entra en contacto con la procesionaria?
Si ves que tu perro toca una de estas
orugas, o por los síntomas que presenta crees que ha podido hacerlo, ten muy
claro que estás ante una urgencia veterinaria por lo que tienes que actuar con
rapidez, puesto que de esto dependerá el éxito del tratamiento.
Lava con agua templada y jabón las zonas
que han estado en contacto con la oruga, pues de esta forma se inactiva el
tóxico que liberan los pelos urticantes y se pude minimizar el daño.
Acude inmediatamente al veterinario
donde evaluarán el estado del perro y decidirán toda la terapia necesaria.
El veterinario, entre otras cosas,
inyectará corticoides para reducir la reacción alérgica.
La secuela
más frecuente es la necrosis y pérdida de la parte de la lengua que ha estado
en contacto con el tóxico. Afortunadamente, si el trozo que se pierde no es muy
grande, el perro se acostumbra rápidamente y puede comer y beber con
normalidad.
¿Cuál es la
mejor prevención?
Lo mejor para
evitar un accidente, es no pasear por zonas de pinares durante los meses de
primavera o desde que las temperaturas empiezan a superar los 10 ºC hasta el
verano.
Si tienes
pinos en casa y observas los nidos durante el invierno, retíralos y quémalos.
No los toques directamente con las manos pues la bolsa también puede producir
alergia. Si observas plagas de nidos en zonas naturales, avisa a las
autoridades para que tomen las medidas oportunas.
El año pasado, Alicante Adopta instaló trampas para procesionaria en la protectora.
Son muy económicas y abarcan mucho espacio, puedes conseguir fácilmente una si vives en una zona de riesgo.
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