Chopped fue abandonado en la puerta de un supermercado, lo dejaron atado a la puerta hasta que alguien se dio cuenta de que llevaba allí todo el día bajo el sol de verano, sin comida ni agua. Así fue cómo llegó Chopped al albergue.
Tras unos meses en la protectora durante los cuales se entristeció mucho conseguimos volver a hacerle confiar en las personas y gracias a su alegría recuperada y el trabajo de los voluntarios, enamoró a una familia que lo adoptó y se lo llevó con ellos a Madrid.
Conquistó de manera especial el corazón de algunos de los compañeros y siempre nos quedará el recuerdo alegre de que hay segundas partes que sí son buenas... como la de Chopped.
